Leo en Barrapunto un artículo de "salva84" sobre las aplicaciones que migran a la "nube". Para el usuario tiene la ventaja de no tener que instalar ni actualizar ningún programa. En este caso, el código libre que se ejecuta en nuestro ordenador, desde un servidor de Internet, nunca sabremos a ciencia cierta si es libre o no. Para las grandes empresas de software esta fórmula les viene bien para librarse de pirateos y copias ilegales, transformando la venta de software en una suscripción.
Yo voy más lejos en mis preocupaciones. ¿Qué garantía tenemos acerca de la privacidad de nuestros datos personales, documentos o cualquier tipo de información, si tarde o temprano caerá en manos de gobiernos en nombre de la seguridad nacional? ¿O será utilizada maliciosamente por las empresas de software o terceros sin nuestro conocimiento ni consentimiento?
Para mí, la mejor forma de proteger nuestra intimidad, es además de cultivar el software libre, tenerlo en nuestro ordenador, respaldado por una comunidad de programadores que ofrezcan una mínima garantía y calidad.
Pero ahí no acaba todo. Lo mejor es llevar nuestros datos siempre encima, no sólo en una memoria USB o cualquier soporte informático. Hablo de portar el S.O. completo y funcional de un lado a otro, en una memoria USB, enchufarlo al ordenador más próximo, y cuando cerremos sesión, desenchufar para evitar dentro de lo posible cualquier intrusión. Siempre que no estemos ante un ordenador.
Hoy día, la mayor parte de las distribuciones Linux se pueden instalar y ejecutar en una memoria USB. Para aquellos que tengan Windows, recomiendo el portal Unetbooting, donde se explica cómo instalar el S.O. en un USB.
Yo voy más lejos en mis preocupaciones. ¿Qué garantía tenemos acerca de la privacidad de nuestros datos personales, documentos o cualquier tipo de información, si tarde o temprano caerá en manos de gobiernos en nombre de la seguridad nacional? ¿O será utilizada maliciosamente por las empresas de software o terceros sin nuestro conocimiento ni consentimiento?
Para mí, la mejor forma de proteger nuestra intimidad, es además de cultivar el software libre, tenerlo en nuestro ordenador, respaldado por una comunidad de programadores que ofrezcan una mínima garantía y calidad.
Pero ahí no acaba todo. Lo mejor es llevar nuestros datos siempre encima, no sólo en una memoria USB o cualquier soporte informático. Hablo de portar el S.O. completo y funcional de un lado a otro, en una memoria USB, enchufarlo al ordenador más próximo, y cuando cerremos sesión, desenchufar para evitar dentro de lo posible cualquier intrusión. Siempre que no estemos ante un ordenador.
Hoy día, la mayor parte de las distribuciones Linux se pueden instalar y ejecutar en una memoria USB. Para aquellos que tengan Windows, recomiendo el portal Unetbooting, donde se explica cómo instalar el S.O. en un USB.